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Saddle Dior.

El emblemático bolso Saddle está reinterpretado en dos versiones: de piel, de tela Dior Oblique o con bordados. Las bandoleras anchas de tela bordada que se venden por separado, añaden un toque moderno y permiten llevar el bolso de diferentes maneras.

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Maquillaje de Rouge Coco.

ROUGE COCO, la barra de labios legendaria de CHANEL. Una nueva fórmula más sensorial e hidratante que se mantiene a lo largo del día. Tonos inspirados en el círculo íntimo de Mademoiselle Chanel, para aquellos que la llamaban Coco. 24 tonos componen la pandilla de ROUGE COCO: Arthur, Adrienne, Roussy, Dimitri...

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Scandal.

Scandal Eau de Parfum EDP de Jean Paul Gaultier es un soplo de aire fresco por el día y un arma infalible durante la noche. Un perfume de mujer sensual y elegante en la misma medida que no hay quien lo detenga.

 

El aroma del Scandal Eau de Parfum EDP de Jean Paul Gaultier queda envuelto por un aura chispeante gracias a sus toques a Naranja y Gardenia. Su recorrido olfativo comienza por notas cítricas que avanzan hacia un corazón dulce y floral con toques a Miel, Jazmín y Durazno para finalizar con el dulzor de la Cera de Abeja y el Caramelo con un ligero toque a regaliz que la hace irresistible.

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Cristian Dior. Crucero 2024.

El lugar elegido para el desfile fue el Colegio de San Ildefonso de Ciudad de México, un majestuoso edificio en la zona centro dividido claustros donde estudió Frida de pequeña. Allí, con 15 años, conoció a Diego Rivera mientras este pintaba uno de sus murales. El turbulentísimo amor de su vida. A las 20.30 de la noche, después de dos horas de lluvia que no impidieron que las modelos se pasearan por uno de los patios del colegio, arrancó el desfile con toda una declaración de intenciones (también) a través de la música: «Te mereces un amor con relámpagos y flores», arranca la ranchera de Vivir Quintana (quizá en una irónica referencia al complicado amor que tuvo que vivir Kahlo con Rivera). Bajo la mirada de una primera fila excepcional que (además de con las comunidades de artesanas) contó con Alicia Keys o Naomi Watts, se presentaron 92 looks en los que brilló la manufactura local: amplios tops y faldas, al estilo de Frida; un vestido fucsia de tafeta inspirado en el que la artista se pintó en uno de sus autorretratos, encajes, terciopelo, capas, trajes de tres piezas como los que Kahlo vestía en su juventud, jugando con los límites de lo femenino y lo masculino; capelinas, huipiles, algodón; conjuntos de chaqueta y pantalón en denim; una chaqueta Bar bordada, trajes que recuerdan al de los mariachis y mariposas. Muchas mariposas. Este, por su poderosa simbología, y el papel que tuvo en la vida de Frida (las dibujó en ‘Las apariencias engañan’ en la pierna que después le amputarían), es el elemento que conecta toda la colección desde la invitación (insertada en el icónico estampado toile de jouy de la casa francesa), la joyería y hasta en el frontal de un fajín inspirado en los corsés que tuvo que llevar Frida tras sufrir un accidente de autobús con tan solo 18 años. La lluvia no cesó durante todo el desfile, lo que dio al final una emoción añadida. Tras los noventa looks de pasarela, Dior presentó 19 vestidos extra de amplias faldas y corpiño, blancos y bordados a mano en rojo con frases como ‘Viva mi vida’ (en homenaje a la frase que escribió Frida días antes de morir en uno de sus cuadros, ‘Viva la vida’), ‘La Reina’, ‘Unos cuantos piquetitos’ (el cuadro de la artista inspirado en un feminicidio que había leído en el periódico), ‘Feminismo y Resistencia’ o ‘Hope’ (esperanza). De fondo, sonaba el himno feminista de Vivir Quintana, ‘Canción sin miedo’, con frases tan rotundas como “Que caiga, con fuerza, el feminicida”.

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Manolo Blahnik.

La moda del 'feismo' conquistó a millones de personas y consiguió un hueco en algunos de los armarios más codiciados de la industria textil, pero no en el de Manolo Blahnik. El diseñador español, allá por el 2009, muy lejos de sumarse a la tendencia del momento que comulgaba con zapatos grandes, rudos y extravagantes, decidió apostar una vez más por la elegancia.

Así nacían los hoy famosos BB, un zapato de salón clásico, sencillo y estilizado que Blahnik bautizó con las iniciales de una de sus musas más conocidas, la actriz francesa Brigitte Bardot, pues en ellos quería ejemplificar la misma elegancia de los años XX que le inspiraba la artista.

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